ADOPTADA
Hoy os tenemos que contar la triste historia de nuestro querido, amigo, Lufi.
A Lufi lo recogimos porque nos dieron el aviso de su abandono, y sin pensar en nada fuimos a por él para que no estuviese en la calle ni pasara frio, hambre ni sed.
Cuando Lufi se encontraba a salvo, empezamos a observar que solo quería comer, y que claro creíamos que sus vómitos eran por sus ansias con la comida. Pero poco a poco, cuando fuimos conociéndolo pudimos ver que Lufi tenía algo más, que vomitaba pero ya era un vomito con sangre o hacia heces con mucha cantidad de sangre.
Desde estos momentos, comenzamos a preocuparnos y decidimos llevarlo al veterinario, donde nos dijo que podría ser que tuviera algo en el estómago que estaba ocasionándole estos episodios. Por tanto, se hace una ecografía, en la cual, no se aparenta nada preocupante pero si un poco de hinchazón en el estómago. Nos mandan dieta blanda durante una semana para ver como evoluciona, ya que a raíz de esta prueba su diagnóstico es una GASTROENTIRITIS.
Pasa la semana, y Lufi sigue igual por lo que lo llevamos de nuevo al veterinario y nos dicen que lo mejor es intervenirle, es decir, operar a ver si así vemos algo, pero nada, Lufi no tiene nada. Nuestro veterinario nos aconseja de hacerle otra prueba en una clínica especializada como es la endoescopia y la biopsia, las cuales, tardan unos tres días los resultados, donde nos dicen que no hay nada grave pero sí que Lufi padece de GASTRISTIS, que es algo que puede calmarse con un pienso en bajo en grasa y con latas específicas para ello.